domingo, 1 de noviembre de 2009

El Aprendiz

De un tiempo a esta parte, he dejado de ver televisión. En casa, un par de tiranos acaparan el dichoso mando y no ha lugar más que a programas como Bob Esponja, Lazy Town o Spiderman Espectacular. Muchos sabréis a lo que me refiero y seréis igualmente damnificados y beneficiados a la vez, por ese gran canal temático que es Clan TVE. Después de llevarlos a la cama y haberles leído durante unos minutos sobre brujas y dragones, ya no tengo ánimos de lidiar con quien, aprovechándose de mi ausencia temporal, ha decidido qué toca ver esta noche. A pesar de todo, creo sinceramente que nunca podré agradecer del todo semejante doble acto de tiranía y de liberación.

Como en toda guerra, hay momentos de tregua y de actos de generosidad. Con el argumento de que me dedico a la selección de personal, se me concede el deseo de ver “El Aprendiz”, programa que se emite actualmente los domingos por la noche en La Sexta; cadena que por méritos propios, no alcanza niveles exitosos de audiencia. De hecho este mismo programa, empezó a transmitirse los lunes, por lo que no es de extrañar que cualquier día de estos desaparezca de su programación.

Para aquellos que no lo hayáis visto, se trata de una especie de concurso y reallity, donde 8 chicas y 8 chicos aspiran a trabajar codo con codo con Luis Bassat, el publicista. Semanalmente, uno es eliminado o despedido; hasta que “el mejor” acabe convirtiéndose en “el aprendiz”; eso sí con un “salario de seis cifras”. Suena bien, ¿verdad?

Me recrea porque no cae en lo chabacano ni en el morbo televisivo. Me entretiene porque pone en evidencia que culturalmente no estamos preparados para el trabajo en equipo. Me divierte ver que personas con buena preparación académica se den de bruces con la realidad empresarial. Me apena contemplar la falta de humildad y la incapacidad de reconocer sus carencias, de algunos. Me alecciona el estilo de dirección de Luis Bassat. En definitiva, que me gusta y lo veo.

Por cierto, desde el primer día, yo ya tenía mi candidata. Y de momento, vamos bien.


5 comentarios:

  1. Yo no había visto ningún episodio hasta la semana pasada (en general no me gustan los "realities"). La semana pasada me lo encontré "zapeando" y me entretuve un rato a verlo, pero sólo un rato. Resulta que iban a comercializar un producto que habían creado: un zumo (es decir, algo bastante simple). Y resulta que el zumo iba a ser de tres frutas, pero no se por qué problemas de producción, no llevaba melocotón. El caso es que en la etiqueta figuraba que llevaba melocotón pero a la líder del grupo no le preocupaba lo más mínimo que el contenido no correspondiese con la etiqueta (y estamos hablando de un producto alimenticio, es decir de algo serio). Llegados a ese punto de falta de profesionalidad, de falta de respeto por los demás y de tener como meta exclusivamente el ganar y el dinero sin ningún tipo de filtro ético o moral, cambié de canal.

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  2. Efectivamente, para mear y no echar gota.
    Luego nos sorprende que algunos se tomen el trabajo como un juego.

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  3. Quizá el problema sea que se nos inculca desde pequeños (al menos últimamente) que nuestra vida debe ser, ante todo y en todas su facetas, divertida. Y yo me pregunto, ¿y la profesionalidad? ¿y la seriedad? ¿Y el buen hacer? Claro, que estas cuestiones, para muchos, son taaaan aburridas. Qué penita de panorama!

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  4. Por cierto, gracias por este blog, ha sido un reciente descubrimiento que me ha llenado de alegría. Por fin alguien que habla de temas relacionados con recursos humanos sin cogérsela con papel de fumar... lo dicho, gracias!

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  5. Que suerte tienes,en mi casa los tiranos son 3, mi esposa tiene acaparados los horarios nocturnos, en cuanto los otros dos dictadores entran en cama, mi señora esposa se dispone, cojín y sofá, gusanitos y gominolas, a ver sus realitys, programas del corazón y un largo etc, nada que ver con programas culturales, que sería lo lógico, tipo deportes, películas de acción y violencia, alguna tórrida película española,..., en fin que remedio.
    Gracias por este blog, Pedro, un abrazo.

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