jueves, 30 de mayo de 2013

Con un buen maestro y sólo dos tardes...



Dejando volar la imaginación, aunque no muy lejos, estas podrían ser las primeras horas de un Consejero de Empleo recién nombrado.


(En un despacho soleado y de grandes ventanales, aparecen el Consejero de Empleo y su más cercano colaborador, sentados en una mesa redonda de reuniones)


Colaborador: Bien, Señor X, permítame con estas dos tardes, ponerle al día del funcionamiento y de lo que se espera de una Consejería de Empleo.

Consejero: Expectante estoy. Y por favor, cuando estemos solos puede llamarme Y.

Colaborador: Gracias. Ha de saber (sosteniendo un Powerpoint impreso que deja en el centro de la mesa) que el 65% del presupuesto está destinado a las políticas pasivas de empleo, esto es, prestaciones, subsidios y demás.

Consejero: Entonces, al ser estos unos derechos ya adquiridos y previamente cotizados ¿poco margen de maniobra tenemos aquí?

Colaborador: Eso es cierto, pero créame que hay fórmulas para que el dinero de estas partidas podamos desviarlo a otros menesteres políticos. Pero este es un tema que dejaremos para otra tarde más adelante. Eso sí, no debemos olvidar que nuestra razón de ser es que ese montante sea cada vez menor.

Consejero: Entiendo lo que me dice. Entonces, del resto que nos queda ¿qué podemos hacer?

Colaborador: El 35% restante del presupuesto global va a lo que llamamos políticas activas…

Consejero: La verdad es que nunca entendí muy bien esa distinción.

Colaborador: Bueno, no es necesario que le cuente a usted la transcendencia del lenguaje y el debate político. Por cierto, observo (señalando la pared de enfrente) que el primer libro que ha colocado en su estantería es una edición de bolsillo de “No pienses en un elefante” de Lakoff.

Consejero: Sí, es un clásico que nos dieron en el partido, y que siempre me acompaña allá donde me destinan.

Colaborador: Lo que le decía, de ese 35% un tercio irá a formación y cualificación profesional…

Consejero: Así, tal cual, pero ¿habrá que ver si esa formación responde a una necesidad del mercado laboral, o si las empresas están demandando esos perfiles profesionales que estamos inventando? ¿o no?

Colaborador: Ya, pero eso supone unos cambios estructurales difíciles de abordar ahora mismo…

Consejero: Entonces, ¿cuáles son los criterios de éxito de estas políticas formativas?

Colaborador: Bueno, no ha de olvidar que una persona formándose desaparece de las listas de demandantes de empleo. De por sí, ya es un logro. Y por añadidura, debe saber que estos fondos bien nos sirven para conseguir la tan cacareada y necesaria paz social.

Consejero: O sea que contento a organizaciones empresariales y sindicales con el dinero de todos.

Colaborador: Véalo como una herramienta de gestión y negociación simplemente.

Consejero: Me costará hacerlo. ¿Los otros dos tercios restantes?

Colaborador: Un segundo tercio se destina a promover y facilitar el empleo público.

Consejero: Si precisamente en nuestro programa electoral iba la abolición de estas prácticas, que solo dan pan para hoy y hambre para mañana.

Colaborador: Sí, pero supongo que el partido tendrá alcaldes que quieran volver a ser reelegidos. Y además, este tipo de contrataciones, que suelen ser masivas, generan un clima de dinamismo y confianza. Que como bien sabe, es la base de la política.

Consejero: Supongo que las empresas públicas también estarán cogidas por aquí.

Colaborador: Claro, ¿quién es el valiente que manda a la calle a miles de personas de un plumazo? Por ejemplo, ¿qué mensaje les estaríamos lanzando a los jóvenes que se están formando en nuestras universidades? ¿les decimos que vayan preparando las maletas porque aquí no van a tener oportunidades?

Consejero: ¿Me está diciendo que sostenemos facultades y escuelas universitarias con doble gasto público: formándoles de espaldas al mercado laboral y colocándoles públicamente?

Colaborador: Es el funcionamiento sistémico, que no podemos permitir que se caiga.

Consejero: Creo que con dos tardes no voy a tener suficiente.

Colaborador: Y por último, el tercio restante de las políticas activas va dirigido al autoempleo…

Consejero: (con gesto despectivo) ¿Autoempleo?, que poco me gusta ese término

Colaborador: ¿Cultura del emprendimiento?

Consejero: Mejor.

Colaborador: Se trata igualmente de disminuir las listas de parados, y para ello conviene fomentar que la gente se monte por su cuenta.

Consejero: ¿Aunque esto suponga empujarlos a un precipicio empresarial y personal?

Colaborador: Bueno, nosotros ayudamos a poner en marcha proyectos. A partir de ahí, ya no depende de nosotros.

Consejero: Naturalmente que no, pero creo que a veces contamos verdades a medias. Al lanzar el mensaje de que el paro se combate con el autoempleo, y que hay muchas oportunidades de emprender, me recuerda a aquel señorito de cortijo que decía que cómo era posible que la gente pasara hambre con toda la hierba que hay en el campo.

Colaborador: Sí recuerdo esta anécdota.



… continuará.