lunes, 8 de febrero de 2010

De vuelta

Bien, pues aquí estamos de nuevo; y cierto es que no encuentro motivos para tanta dilación. Puestos a racionalizar y desde mi lado más maquiavélico, se me ocurren excusas tales como que el escribir aquí no tiene un sentido; o que a mi séquito de seguidores no le importa lo más mínimo; o que esta es demasiada exposición; o que el tiempo invertido no arroja consecuencias provechosas; o que este es un caso más del efecto gaseosa;… Como decía antes, pretextos varios.

Puestos a lamentarnos por el tiempo perdido, conducta my humana como sabéis, me hubiera gustado compartir la añoranza que siento por los que ya no están; la alegría al comprobar que Pedro Jr. supo explicarme el verdadero sentido de la Navidad; la satisfacción por lo conseguido recientemente; la ilusión por las oportunidades y retos que se nos presentan; la sorpresa inicial y el desprecio después, de determinadas inmoralidades. Sentimientos dispares y emociones varias, que seguro volveremos a vivir; así que en momentos como este, uno recurre y parafrasea a Whitesnake:

…An’ I’ve made up my mind,

I ain’t wasting no more time

But, here I go again. Here I go again

Las cifras del paro han vuelto a golpearnos duramente en las últimas fechas. Ya es reconocido desde la oficialidad, y asumido por todos: convivimos con más de cuatro millones de desdichas personales.

Una más, con la que nos despachaba la prensa la semana pasada: Citifinancial, la filial de Citi creada en 2003 para la concesión de créditos al consumo, préstamos personales e hipotecas prescindirá del 70 % de su plantilla en España. Según leí en El Confidencial: “esta compañía, que contaba con 200.000 clientes hasta mediados del pasado ejercicio, registró el pasado año unas pérdidas de cerca de 72 millones de euro. Con un ratio de morosidad del 10%, cuando la media del sector en España no llega al 5%, se ha visto obligada a destinar 140 millones de euros a dotaciones por impagos en 2009.” Y para más inri, y según la misma fuente, la situación de Citifinancial no es peor que la de su hermana Citibank, que desarrolla la banca comercial tradicional –captación de pasivo- y la concesión de tarjetas.

Llegados a este punto, puede que algunos piensen que 195 de un total de 275 empleados, no son una cifra considerable en términos absolutos. Otros por contra, denostarán a la víctima: esto les pasa por la incapacidad de sus gestores, por la avaricia que les caracteriza, o por no haber hecho el mínimo esfuerzo por entender la realidad española. Y esto es lo que verdaderamente me zozobra, y que quería compartir con vosotros: ¿cómo es posible que a pesar de tragedia que estamos viviendo, no haya, ya no caceroladas, sino la más mínima manifestación de vergüenza ajena? ¿Qué nos pasa a los españoles que enseguida perdemos sensibilidad y nos habituamos a las desdichas? ¿Es una cuestión de umbral numérico, como pasaba con los asesinados por ETA o las víctimas de violencia de género?

Hagamos autocrítica y analicemos cómo hemos ido procesando y justificando esta situación:

1). Al inicio, nos creímos invulnerables.

2). Para luego negar a pies juntillas que hubiera crisis.

3). Después pasamos culpar a los demás: a los norteamericanos por su codicia, a los europeos por su inflexibilidad, al promotor que se jactaba de sus comilonas, al ninja porque pasaba por allí. (“El infierno son los otros” Hobbes).

4). Cuando vimos las orejas al lobo, nos subimos a una avioneta desde la que lanzar billetes públicos.

5). Con la soga al cuello, como estamos ahora, creemos que saldremos de esta porque desde la recuperación internacional, alguien nos tenderá la mano.

Siempre el locus de control externo. Quizá ahí radique nuestro error, el pensar que nada nos compete; que ya vendrá alguien, Mr. Marshal, Papá Estado, o Mamá Junta, para sacarnos de este atolladero; que tras la tempestad viene la calma; que no hay mal que cien años dure;... Empieza uno a pensar que esto es secular.

Que las predicciones a veces no se cumplen, no es la mejor lectura de aprendizaje que podamos obtener de lo que estamos viviendo. Creo que tenemos más capacidades y recursos que para esta simpleza.

Ciao! Buena semana.

PD: Os dejo aquí un video, que ingeniosamente nos explica la crisis con un puñado de lentejas.